Estética escandinava para una propuesta inspirada en un instrumento aborigen como elemento vertebrador de todo el diseño.
La familia Boomerang comenzó con un solo sillón para satisfacer una sola necesidad: diseñar un producto para facilitar la accesibilidad de las personas con problemas de movilidad sin renunciar a la belleza, es decir, poner la ergonomía al servicio de las personas, de las emociones y de la estética, y no viceversa.
Quim Larrea y su equipo aceptaron el reto con entusiasmo y comenzaron a dar forma a lo que finalmente sería la pieza central de todo el diseño. Su fuerza, accesibilidad y belleza giran en torno a los brazos como elemento constructivo.
La familia Boomerang comenzó con un solo sillón para satisfacer una sola necesidad: diseñar un producto para facilitar la accesibilidad de las personas con problemas de movilidad sin renunciar a la belleza, es decir, poner la ergonomía al servicio de las personas, de las emociones y de la estética, y no viceversa.
Quim Larrea y su equipo aceptaron el reto con entusiasmo y comenzaron a dar forma a lo que finalmente sería la pieza central de todo el diseño. Su fuerza, accesibilidad y belleza giran en torno a los brazos como elemento constructivo.