Ahora, la silla Flutz se presenta en dos nuevas versiones sin reposabrazos: una posee respaldo bajo y la otra, respaldo alto. Dos finas placas de aluminio se elevan en forma paralela, creando un soporte rígido que recoge el cómodo asiento. Con relación al revestimiento, puede elegirse entre piel o tela extraíble y asegura un apoyo sólido y cómodo, gracias a la carcasa envuelve un mullido acolchado contenido en una funda de guata de PET reciclado.
Gracias al trabajo realizado por Cassina LAB, los elementos de la silla han sido diseñados para ser desmontados y reciclados al final del ciclo de vida del producto. Esto incluye el acolchado que se separa de la funda gracias a una cremallera en su interior y la estructura metálica con acabado mate. Cómoda y elegante, Flutz se coordina a la perfección con la mesa Ordinal, también firmada por el diseñador chipriota, completando su propuesta para el comedor.