Las reuniones sociales en la casa de Charles y Ray Eames eran legendarias. Sobre todo si era para comer. Además de organizar la comida, Ray disfrutaba enormemente preparando la mesa —una Eames Segmented Table redonda— de manera que agradara a todos sus invitados. La colocación de los manteles, vajillas, cubiertos, jarrones y objetos decorativos hacía pensar en un cuadro recién pintado cuyas formas y colores complementaban la comida que se servía, creando prácticamente una pequeña obra de arte.
La función de una mesa va mucho más allá de las consideraciones estéticas: es el corazón común del hogar, un espacio de convivencia que ayuda a las personas a estar en contacto.
La función de una mesa va mucho más allá de las consideraciones estéticas: es el corazón común del hogar, un espacio de convivencia que ayuda a las personas a estar en contacto.