Una línea de luz y una fina lámina en tenue pero eficaz levedad. La familia Lámina nació en volandas como lámparas de suspensión, con una ligereza que sabe ser inteligente. Ahora se pone de pie como esculturas lumínicas que contrastan ante cualquier acabado de la pared a su espalda. Su pantalla blanca y cóncava de 165 cm abre profundidades nuevas en el espacio.
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La elegancia de sus pantallas es visible para los ojos distraídos, pronto complacidos por su eficacia. Formas sencillas y evidentes que nada esconden y todo muestran. La reflexión proporciona resultados más matizados que la luz directa. Sobria, servicial, contrastada y no deslumbra.
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Material:
- Pantalla metálica en blanco gris con acabado exterior brillante.
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La elegancia de sus pantallas es visible para los ojos distraídos, pronto complacidos por su eficacia. Formas sencillas y evidentes que nada esconden y todo muestran. La reflexión proporciona resultados más matizados que la luz directa. Sobria, servicial, contrastada y no deslumbra.
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Material:
- Pantalla metálica en blanco gris con acabado exterior brillante.