Todo nace de un dibujo surgido de manera inesperada. En aquel esbozo ya se advertía la idea de una caja suspendida dentro de una estructura muy sencilla y arquitectónica. También estaba presente el juego de contrastes, entre la contundencia de la madera y la gracilidad del metal.
Todas las piezas que componen la colección Kutxa tienen un toque escultórico pero sin referencias directas a artistas o a sus obras. La idea es que estos muebles contribuyan a crear espacios más sosegados y cuidados, antes que una optimización del espacio de almacenaje. Kutxa es una colección de muebles con diferentes figuras donde cada pieza tiene personalidad propia y cumple una función dentro de una lógica gráfica.