El dibujo, de trazo delicado, define las siluetas de varios personajes imaginarios que se entrelazan y conviven en una bonita composición. Hayón introduce sutilmente el color a través de pequeños elementos que aportan personalidad y nos ayudan a interpretar cada uno de los rostros. Cuando se observa atentamente se descubren 9 rostros, distribuidos de modo que la alfombra se puede observar desde todos los puntos de vista, encajando perfectamente en cualquier espacio.
Con esta nueva propuesta se introduce la técnica del bordado sobre kilim, un laborioso proceso hecho a mano en Pakistán.