El escritorio CH110 de Hans J. Wegner era, desde el punto de vista estético, un importante desvío del estilo habitual del maestro.
En 1970, Wegner creó un concepto de oficina exclusivo, compuesto por un escritorio, una silla y un sillón. La serie representó algunos de los mejores muebles de Wegner, y más distintivos, enmarcados en acero.
El escritorio, en particular, introdujo un nuevo e inesperado equilibrio entre las delgadas patas industriales y el sobre de madera de tamaño considerable que descansa ligeramente sobre ellas.
Combinando función y forma con su enfoque de detalle de marca, Wegner equipó el escritorio con cajones largos y elegantes terminados con juntas de cola de milano y asas de acero inoxidable pequeñas pero audaces.
En 1970, Wegner creó un concepto de oficina exclusivo, compuesto por un escritorio, una silla y un sillón. La serie representó algunos de los mejores muebles de Wegner, y más distintivos, enmarcados en acero.
El escritorio, en particular, introdujo un nuevo e inesperado equilibrio entre las delgadas patas industriales y el sobre de madera de tamaño considerable que descansa ligeramente sobre ellas.
Combinando función y forma con su enfoque de detalle de marca, Wegner equipó el escritorio con cajones largos y elegantes terminados con juntas de cola de milano y asas de acero inoxidable pequeñas pero audaces.
